Se acabó el verano, con él también muchas parejas, aquellas que daban los últimos
coletazos del que quizás sólo uno tenía consciencia. Se acabó el amor, se apagó
el deseo, se acabaron las ganas de pasar tiempo juntos, de acurrucarse, de
hacer el amor, de compartir risas. Todo eso se acabó. Llega el tiempo del
dolor.
Uno de los personajes de la escena vive
angustiado para poder elegir el mejor momento, busca fórmulas en su cabeza para
que sus palabras no hagan tanto daño, pero ¿cómo se puede endulzar “ya no te
amo”? el miedo o la culpa de poder hacer sufrir a quien ha sido su pareja por
un largo tiempo hace que se encoja el corazón. Lo intentó todo, pero ya no
siente. Ojalá pudiese volver a sentir, ¡sería tan fácil!
El otro, ignorante, sigue a su ritmo,
viviendo en su rutina y preocupado por sus cosas, ¡si supiese!
Llega el
momento y estalla el corazón, a uno porque finalmente pudo decirlo y
empieza a sentirse, al menos, liberado. El otro porque está en shock, lo niega,
no puede ser, le falta el aire y la cabeza le da vueltas. Frases como -lo
podemos intentar y ¿si pasamos más tiempo juntos?, debería de haberte cuidado
más, haré lo que quieras pero no me dejes… estás estresada/o, hay otro/a -se
suceden una tras otra, el dejado intenta negar la situación que se le está
planteando, el otro, el liberado, comienza a sentirse acorralado. Es normal,
uno lo lleva madurando mucho tiempo, para el otro es una sorpresa, o quizás no
tanto, sólo pensó que eso no les pasaría nunca a ellos.
La ruptura está considerada como uno de los
acontecimientos vitales más estresantes
en la vida de un ser humano, sólo precedido por la muerte del cónyuge. Tanto
para el que abandona como para el abandonado se suceden una serie situaciones y
alteraciones emocionales muy dolorosas donde el miedo, la culpa, el dolor y la rabia se entremezclan
en diferentes momentos.
Desde que se dice, hasta que se consolida la
ruptura, las parejas pueden pasar por diferentes momentos. Puedo ocurrir un intento
de reconciliación breve -el que abandona lo hace porque ve que el dolor y el
miedo lo han superado. El abandonado piensa que tiene otra oportunidad y hará
de todo para intentar reconquistar a su pareja, en este periodo variable en
tiempo y emociones, todo lo que haga el abandonado será tomado por el otro como ¿ahora? ¿ahora haces esto? ¿y antes…? Lo
que dará a más confusión y rabia. Otros buscan tener otro hijo como nuevo
proyecto o como soga al cuello para el que se quiere ir. Un error. También
puede ser que cuando regrese a casa tenga todo listo y se vaya. Bastante duro.
O bien que se dé un tiempo corto donde se hable bastante y se den miles de
explicaciones de cómo murió el amor. Las combinaciones pueden ser miles y el
dolor muy grande pero llega un día en que la ruptura se consolida y te das
cuenta que todo, al fin, se acabó.
¿ Y ahora, qué?
¿Ahora? , ahora toca superarlo.
Principalmente piensa que no es por ti, NO,
de verdad, no lo es. Simplemente el amor por ti cursó su evolución y en vuestro
caso murió. No empieces a machacarte en tu autoestima pensando que es por tu
físico o por tu carácter, no has cambiado, o si, pero no es eso lo que hizo que
vuestro amor muriese. Simplemente aquellas diferencias que antes no importaban,
con el tiempo, pues sí lo hicieron. Y cuando la vida avanza, vuestras vidas se
distancian, pasado el tiempo y con la rutina a las espaldas, uno de los dos
quiere más cosas en la vida, un cambio, una nueva ilusión, un proyecto de vida
nuevo, porque ese era muy gris. Entonces , ¿quieres estar con alguien que ya no
te ama?, ¿con alguien que cuando te mira ya no te desea?, ¿con alguien que se
siente “gris” en su vida contigo?. Lo siento, ni aunque te pongas luces de neón
por todo el cuerpo le darás luz. No depende de ti. Tu pareja está en otro
momento evolutivo diferente al tuyo. En algún momento de vuestra vida en común
tomasteis caminos dispares con tiempos diferentes y nos os disteis cuenta. Y si
lo hicisteis pensasteis que era temporal y que las cosas volverían a su cauce
cuando esa situación estuviese controlada.
Entonces, ¿cómo me la/o quito de la cabeza?
Ahora toca llorar cuando te vengan ganas,
pero también toca hacer el esfuerzo y distraerte. Sal y ríe, luego llora, lee y
despístate, corre y saca la rabia, baila
y vuelve a llorar cuando te despiertes. Serás una montaña rusa de emociones
desde el llanto, al dolor y la rabia. Nunca imaginaste poder sentir tanto
dolor, ¿has visto como duele el corazón?
Pero como lo que toca es superarlo, regla número
uno, no lo controles, qué hace, con quién sale y todas esas acciones que se
volverán obsesiones. NO vivirás tu vida, sólo estarás pendiente de qué hace y
vivirás la suya. No merece la pena, eso sólo te dará sufrimiento y ahora te
toca cuidarte a ti. Y si te enteras que sale con una nueva pareja, ¡Dios! No te
compares, no está por su aspecto físico, es por lo que siente cuando están
juntos y eso al fin y al cabo es química, algo con lo que vosotros ya no podéis
hacer nada. En vuestro caso desapareció. Algún componente, en algún momento, dejó de
producirse, no lo luches.
Reinvéntate,
busca nuevas oportunidades, haz lo que siempre deseaste y no podías por
la situación que teníais. Ahora tienes la oportunidad. Cambia, vuelve a ser tú,
pon nuevas rutinas en tu vida, quiérete más. Cuando te mires al espejo y
pienses que quien es esa persona en frente a la que no reconoces, a la que hace
tiempo no mirabas, a la que le preguntas que cómo has llegado a esto, que qué
fue de ti, de cuando te perdiste y dejaste de ser tú para convertirte en lo que
se esperaba de ti. Tienes una nueva oportunidad. Date prisa porque ¿sabes? El
amor volverá a tocar tu puerta. Te lo aseguro. Y cuando llegue deberás estar
preparada/o para elegir desde la no dependencia, ni desde la carencia, ni desde
la posición de víctima abandonada. Acepta que lo vuestro se acabó y agradece
que se haya ido. Deséale que sea feliz porque ya verás, TÚ, lo serás.
Al fin al cabo, quién quiere pasar un segundo
de su tiempo con quien no quiere estar contigo
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