martes, 29 de septiembre de 2015

Familias Reconstituidas

Carta a una Familia Reconstituida


¡Felicidades!

SI, felicidades por ser sordos, porque no oísteis a vuestros amigos y familiares diciéndoos que estabais locos, que era pronto, que no sabíais dónde os metíais, que os daban dos meses. Felicidades por ser valientes, porque saliendo ambos de una pérdida, de una pareja que no funcionó, apostáis por otra y por todo lo que trae la nueva situación. Felicidades por ser  pacientes, por mantener la calma en medio del inmenso caos, por aprender a respirar y a contar hasta mil, por saber bajar el umbral de las manías, por ser un excelente diplomático/a , por ser un/a gran gestor/a. En serio, ¡hay tanto por lo que felicitaros!.

 Felicidades, de corazón.



Así que, partiendo de lo sordos, valientes y pacientes que sois os hago una serie de recomendaciones para que vuestra nueva familia llegue al éxito y podáis disfrutarla. Aquí si hay que quitarse los tapones de las orejas.

Primero de todo, vuestra pareja no es una pareja convencional, no cumple el Ciclo Vital Familiar: noviazgo, emparejamiento, nacimiento del primer hijo, etc. No, aquí llegáis  ya con hijos y además de otra persona, con un sistema ya instaurado y que además no es el tuyo. Con respecto a ese maravilloso noviazgo, lo siento, imposible, sacar tiempo para los dos solos será cuestión de hacer malabarismos. Pero no os deprimáis, se puede. Primero de todo aprovechen cualquier momento para hacerlo especial entre los dos, ahora tendréis instantes, las noches o el tiempo en que los niños se van con el otro progenitor. (Ajusten el régimen de visitas para que haya más orden y equilibrio).
 
Tus hijos, los de tu pareja, los ex, tenéis que vivir todos en cierta armonía, pero tranquilos, que si aún estáis en los momentos iniciales deciros que hasta transcurridos unos años no se consigue, al principio hay muchos duelos no cerrados, rencores y falta de aceptación.  Dicho esto, tocamos el delicado tema de “Los Ex”.
 
Felicidades a esos maravillosos ex que superan y aceptan que su matrimonio acabó, fuese por la razón que fuese y que cada uno ha seguido con su vida, sea la que sea.  Felicidades a esos ex que propician la buena relación con las nuevas parejas de su ex porque sus hijos crecerán sanos emocionalmente ya que no tendrán conflictos de lealtades al notar que su mamá o su papá no saluda a la nueva pareja, o le cambia el semblante cuando se habla de él o ella. Ellos lo sienten, lo ven y lo padecen. Les crea conflicto interno y tristeza. Apoyarán al que interpreten como ex más débil, pero a la larga crecen, maduran y se dan cuenta de quien es quien, pudiéndose volver en contra de ese progenitor que actuó insanamente o aún peor, que se vuelva dependiente y desconfiado socialmente. Nadie cuerdo quiere eso para sus hijos. Es por eso, que si te tocó uno de esos ex, de esos que no superan nunca que su pareja rehaga su vida o que sus hijos convivan con la nueva pareja, a esos, simplemente ignóralos, no gastes energía intentando que se le pase, o haciendo cosas para que te acepte.  Que sepas que de ti no depende. Tu simplemente con cuidar a sus hijos como a los tuyos es suficiente. Es tu familia la que importa.
 
La familiastra, tema delicado, porque para las antigua familias, esas que se rompieron, sólo los primeros, son la verdadera familia, son el verdadero marido, o la verdadera mujer, los nuevos hijos o los aportados cuesta aceptarlos y lanzan mensajes a sus hijos como para que diferencien. Grave error, ahora sois una familia, si, muy grande. No todos llevan la misma sangre, pero sois una familia. Tardareis entre cuatro o siete años en conseguir sentir que sois una familia, en que se solidifique el amor,  no se ama desde el minuto cero, hay una serie de etapas todas ellas marcadas por los celos o la inseguridad, en ver al otro como una amenaza, es un sistema que esta buscando cómo funcionar, conociendo a sus partes, con los recuerdos de una etapa anterior, unos miedos que  sólo el tiempo, la comprensión y la paciencia hará que se consiga. Del  Respeto se pasará a la Tolerancia después a la Aceptación, de ahí  al  Afecto, luego el  Cariño y, finalmente, al Amor. No pretendáis que el amor fluya desde el principio, es imposible, para ello con lo menores utilizad más en fases iniciales los elogios que las muestras físicas de afecto, recordad que no sois el progenitor biológico, ni pretendáis serlo, tenéis otras funciones. Podéis enriquecer mucho la vida de esos niños, aportar lo que los padres no hacen, no es vuestra labor disciplinar, es la de sostener y estar, apoyar a vuestra pareja y aprender a querer. Además tienes que criar a tus hijos, en medio del caos y gestionar la educación entre tu ex y tu nueva pareja. Crear un sistema que funcione similar en ambas casas sería ideal para todo menor, en caso de no ser posible, haz que el tuyo funcione. Pasad tiempo con vuestros hijos a solas, tiempo con los otros y tiempo todos juntos.
 
La verdad, es difícil, agotador, te preguntas muchas veces si merece la pena, te dan ganas de tirar la toalla y mandar a todos a cierto sitio, ¿pero sabes qué? Eso significa que estás luchando primero tú a nivel individual, piensas si estás sacrificando a tus hijos por esa situación, te vienen dudas, miedos, pero sabes que lo estás intentado, que merece la pena, porque hay días que te colman de felicidad.  La vida, si es vida, tiene de todo: felicidades, tristezas, éxitos, fracasos, aburrimientos, entretenimientos, tragedias, comedias, rutinas y sorpresas. Se sabe que hay momentos duros y otros ligeros, días buenos, no tan buenos, pero que hay otros horribles. Felicítate por cada día que lo estás consiguiendo, en tu nueva familia, tu pareja y tú estáis luchando para conseguir una familia feliz, donde en su seno se promueven los afectos, se da y recibe alegremente, se protege a los pequeñitos, se estimula a crecer a los mayores. Estáis creando un vínculo sólido y sano a pesar de las dificultades dobles. El sentimiento de orgullo os inundará en diferentes ocasiones. Entonces, te lo repito: La gran virtud de tu familia reconstituida… ¡es que es tuya!
 
Ver y sentir esas caras de felicidad cuando están todos juntos compartiendo momentos familiares, no tiene precio.

¡¡FELICIDADES!!

 



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