“La pareja perfecta es
aquella que está compuesta por dos personas imperfectas que nunca dejan de
luchar…”
Da igual cómo se encontraron y lo qué vivieron con
anterioridad, se reconocieron como parte del otro y decidieron caminar.
Nadie dijo que la vida fuese fácil, y para ponerlo aún
más complicado, está el encontrar y mantener la pareja en el tiempo. Lo cierto
es que hoy en día es más fácil cambiar de pareja que con anterioridad, hoy ya
no se lucha, lamentablemente se busca la comodidad, se busca el estar bien “siempre”,
sin saber que esa, no es la realidad.
Todos deseamos tener una pareja que nos acompañe en
esta vida, una pareja que sea amiga, compañera, amante y apoyo. No siempre lo
obtenemos, y cuando eso ocurre, nos vamos corriendo a buscarlo en otra persona
porque entendemos que la nuestra ya no nos lo va a dar. La pareja perfecta
entiende que la situación puede ser transitoria y luchará para que vuelva a la
normalidad. Si no me da… doy. Ya recibiré. Si no me da… lo hablaré, que sepa
como me siento, porque quizás no se da cuenta, y la situación se puede
transformar. Si no me da… ¿será que yo no le doy? Si no me da… ¿está bien?
El error de las parejas no perfectas es el individualismo mantenido. Lo que YO necesito,
sin preocuparme de lo que necesita el otro. Lo que YO quiero, sin molestarme en
saber lo que quiere el otro. Lo que YO… en constante movimiento sin empatizar
con el otro y pensando que lo que YO hago es perfecto. Yo doy, Yo dialogo, Yo
amo, Yo escucho, Yo apoyo, pero si eso fuera verdad… ¿sentiría ese
distanciamiento de mi pareja? Pues no, salvo que la pareja fuese igual de
individualista, y se mantuviese en su Yo. Lo que daría lugar a múltiples de
posibilidades en esa relación, desde una unión duradera pero vacía, hasta un
divorcio bien caldeado.
En nuestra sociedad vemos muchos matrimonios NO
perfectos, parejas que están por estar, por aparentar, porque por su economía
no se pueden separar, porque no hay nada mejor, o porque el miedo a perder
cierta zona de confort hace que permanezcan donde no son felices. Son parejas
que ya no se aman, que no se quieren, hay cariño por lo vivido, sí, pero se
mantienen por tener hijos fruto de esa relación, por proyectos en común, o por
una vida o presión social que les hace estar. En algún momento de su vida en
común se distanciaron, quizás su propia evolución los cambió y en aquel momento
no supieron enderezar la relación y ¡claro!, ha pasado el tiempo y ante esa
frialdad, ¡cómo cuesta volver a dar! Quizás no recuerdan como era eso de
sentirse querido y llenan su vida con cosas externas. Estas parejas seguirán, y
la mayoría terminarán juntos, como dos compañeros de viaje, donde cada uno fue
a un país distinto.
La pareja perfecta no es la que nunca tiene
problemas, sino la que, a pesar de todas dificultades, saben salir de ellas. El
apoyo, la comprensión, la escucha y la paciencia son claves en estas
circunstancias.
La pareja perfecta no significa tener absolutamente
todos los gustos en común, significa aceptar al otro, con las diferencias e
imperfecciones y amarse a pesar de ellas.
La pareja perfecta es aquella que crea un
"nosotros" sin perder cada uno su individualidad, no podemos dejar de
ser uno mismo para amoldarnos totalmente al otro, ceder si, transformarse no.
La pareja perfecta no es aquella que se jura un amor
eterno, sino la que lucha por mantenerlo vivo cada día. No sirve un “te quiero”
cotidiano, sino hechos que lo demuestren. Respetarse, hablarse con cariño,
estar pendientes en el día a día, muestras de afecto, y algún detalle
ocasionalmente, son la base de la nutrición en la pareja. Hay que saber que
necesita la pareja para sentirse amado/a, y saber hacérselo llegar. Para ello,
la comunicación es indispensable. Probar para ver que le saca una sonrisa, esa
sonrisa que te llena el alma y que hará que, el día a día, sea mejor.
La pareja perfecta existe, sí. Partiendo del
enamoramiento, cada uno debe crear su propia pareja perfecta. No existen fórmulas
secretas, ni atajos. Con los problemas que acaecen podemos desenamorarnos y
volvernos a enamorar, existen la crisis, tanto personales como propias de la
pareja, pero eso no significa que se deba abandonar, las parejas perfectas se
construyen con el tiempo, se comprometen, se amoldan el uno al otro, sin dejar
de quererse y respetarse y, sobre todo, sin dejar de ser la mejor versión de
ellos.
Felicidades a todas las personas que han sabido
encontrar y crear una pareja perfecta.
Felicidades a aquellos que han sabido amar y
mantener el amor por los años.
Felicidades porque han sabido ser amigos, cómplices
y amantes.
Felicidades porque lo tuvisteis difícil, pero gracias
a vuestro amor, lealtad y compromiso, habéis conseguido ser la pareja perfecta,
y eso, hoy en día, es complicado.
¡FELIDIDADES!
Para los que están en vías de… ¿A qué apetece ser
una pareja perfecta?
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