Llega el cambio de horario primaveral, el deseado, porque nos regala más luz y coincide con la llegada del buen tiempo. Hoy a las dos de la madrugada se adelantaron los relojes una hora.
El amanecer llegará una hora más tarde (a las ocho) y las horas de luz se prolongarán hasta pasadas las 20.00 horas. ¿Tiene este cambio horario consecuencias sobre nuestro cuerpo? Según los expertos la respuesta es SI.
El hecho de que el día cuente con más horas de luz puede afectar al deseo sexual, al apetito, al cansancio o a los cambios de humor.
Esta modificación NO provoca por sí sola alteraciones psiquiátricas relevantes, pero sí puede agravar las ya existentes.
Adaptarse al nuevo horario hace que el cerebro "se estrese, provocando alteraciones en el sueño, un cansancio físico mayor de lo habitual, irritabilidad, cierta tristeza o leves cuadros de ansiedad", si bien "en dos o tres días se readapta". Sin embargo, en personas con algún problema psiquiátrico "se notan más los efectos de este cambio de hora y lo que comienza siendo un pequeño trastorno adaptativo deriva en un sintomatología más notable".
"Cuando estos síntomas tienden a perdurar no es debido, en ningún caso, al cambio de hora, sino que más bien podríamos decir que el cambio de hora ha sido el detonante de un trastorno de ansiedad o del sueño existente previamente en el paciente", ha insistido.
En este sentido, aquellas personas que padecen insomnio o dificultades para conciliar el sueño verán agravados sus problemas para dormir, al igual que las que tienen un trastorno de ansiedad pueden sufrir esos días un cierto grado más de angustia.
"Es cierto que el cambio de hora primaveral suele afectar más a aquellas personas que padecen ansiedad, mientras que el cambio horario otoñal afecta más a aquellos pacientes que sufren depresión". En esta misma línea y, a título personal, el doctor asegura que tras la modificación horaria primaveral se nota en la consulta un aumento de pacientes.
Para minimizar los efectos provocados por el cambio horario:
- Mantener los mismos hábitos.
- Acostarse a la misma hora.
- No dejarse llevar por el "todavía hay luz".
- El sueño requiere de rutina y monotonía.
LA LUZ EN EL ORGANISMO
El cerebro recibe la luz a través de la retina que la pasa al núcleo supraóptico y éste al hipotálamo, encargado de regular la secreción de las dos sustancias –melatonina y cortisol– que ayudan a regular los ritmos circadianos de luz y de vigilia/sueño.
El sueño requiere de rutina y monotonía, el sueño es muy aburrido. Mientras que la melatonina nos ayuda a adaptarnos a los ritmos de luz, el cortisol marca nuestros ritmos internos, permitiéndonos distinguir entre vigilia y sueño, actividad y descanso.
LO BUENO:
"Este cambio horario hará que se pueda tener hambre a deshora durante algunos días, pero también que aumente el apetito sexual, que seguirá durante la primavera y el verano"
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"El sueño aparecerá más tarde: mientras que el despertador dice que son las 00:30 horas, por ejemplo, el reloj interno de una persona dice que son las 23:30, y no tendrá sueño".
El sueño además de cansancio puede provocar cambios de humor, especialmente en niños, ancianos y personas con patologías.
En cuanto a los niños y los ancianos, a estas edades el sueño es más inestable y los mecanismos de adaptación a los cambios funcionan peor que en adultos, de ahí la importancia de establecer rutinas.
Por ello se aconseja mantener un horario fijo para acostarse y levantarse, evitar la siesta, las bebidas con cafeína o las cenas copiosas.