lunes, 17 de septiembre de 2012

LA VIDA ES PURO TEATRO

Seguro que ya todos os habéis dado cuenta de que la vida es en sí misma puro teatro, y que la gente nos pasamos la mayor parte de nuestra vida actuando. Actuamos cuando decimos que algo nos gusta y en realidad lo aborrecemos, cuando fingimos que alguien nos cae bien y en realidad lo que nos apetece es soltarle un guantazo. Actuamos cuando vamos a una entrevista de trabajo y hacemos creer que sabemos hacer de todo cuando no tenemos ni idea de nada. ¿Ahora lo veis? Nos pasamos la mayor parte de nuestra vida actuando, y he de reconocer, por cierto, que por mi vida ya se han cruzado muy buenos actores.

Sólo dejas de actuar  cuando estás con tu gente, cuando te sientes querido y puedes ser tú mismo sin necesidad de aparentar nada, sin necesidad de actuar.
 

La vida es como una gran obra de teatro y cada uno de nosotros está interpretando el papel de su vida. Todos los hechos que cada uno de nosotros vive a diario contienen nuestras creencias, nuestros hábitos, nuestros comportamientos y nuestras emociones.

Todos estos esquemas inconscientes influyen en todos los aspectos de nuestra existencia, ya que van dictando el guión que cada día proyectamos al exterior. Si logramos entender esto, tendremos la clave para comprender la forma en que percibimos el mundo que nos rodea y para entender mejor nuestros comportamientos.

Cada uno de nosotros somos los guionistas de la “obra de teatro” de nuestra vida, que vamos redactando en base a nuestras experiencias. Somos los directores de la obra, ya que tenemos la responsabilidad sobre las acciones y decisiones que tomamos. Somos los actores porque estamos implicados directamente en el desarrollo de esta obra de teatro.
 
Y podemos ser también espectadores, convertirnos en observadores de nuestra propia vida y ver si lo que observamos lo estamos disfrutando, nos aburre, nos da miedo, nos hace sufrir.
 
Con esta metáfora del teatro podemos reflexionar por qué elegimos representar casi siempre el mismo guión, por qué asumimos un solo papel de personaje en la vida. Podemos observar cómo es nuestro papel de protagonista, ¿es un papel dramático, cómico, de aventura, de miedo, de perdedor? ¿Cómo te ves?
 

Lo interesante de esto es que tenemos la posibilidad de cambiar de personaje, el guión de la obra. ¿Somos conscientes de esa posibilidad de cambio? En general, creo que no somos conscientes de la capacidad creadora que tenemos, del impacto positivo que podemos causar en nuestras propias vidas. Desde que nos levantamos estamos diseñando cada segundo de nuestra vida, así durante las 24 horas de todos los días de nuestra vida.
 
Cambiar el guión o el personaje requiere una transformación completa de nuestra personalidad y de nuestras relaciones con los demás.

Si no te gusta el personaje que representas, si no te gusta el guión, RE-INVÉNTATE.

Diseña el guión de la vida que quieres vivir y de la persona que quieres ser. Tal vez necesites ayuda para dar esos pasos. Busca un coach, un terapeuta, seguro que será un gran paso que agradecerás siempre.
 
 
 
 

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